jueves, 2 de mayo de 2013

Diario de lectura El beso de la mujer araña

El beso de la mujer araña de Manuel Puig
por Gabriela Avilés Girón

Esta novela de Manuel Puig relata la historia de dos presos que comparten una celda. Uno de ellos es el homosexual Luis Molina, que fue acusado por tener relaciones con un menor, y el otro prisionero es Valentín Arregui, un revolucionario político. La historia se interpreta a través de los diálogos de los personajes, pues hay una ausencia de la voz narradora. De primera instancia, los personajes no se llevan. Pero al pasar el tiempo, ambos comienzan a conocerse más a fondo por medio de las películas de amor que cuenta Molina y la terrible enfermedad que le da a Valentín, donde Molina se ve obligado a ayudarle. Por otra parte, la policía utiliza a Molina para sacarle información a Valentín sobre su grupo revolucionario en cambio de su libertad, pero este no suelta ni una palabra pues termina encariñado de Valentín. De hecho, ambos, de una forma u otra, terminan enamorados. Finalmente, dejan a Molina libre, pero este fue asesinado durante un favor que le estaba haciendo en secreto a Valentín relacionado a su grupo revolucionario.

Al principio, no le encontré el sentido a la novela. No fue hasta que llegué a la conversación de Molina con el Director que entendí que la novela no trataba únicamente de unos prisioneros contándose películas en una celda. En muchas partes la encontré jocosa, aunque a veces un poco tediosa. Se me hizo muy fácil comprender las historias contadas y no me confundí mucho con la cuestión de los diálogos, pues era muy accesible para distinguir quién era quien. Lo más complicado para mí fue entender lo que yo creo ser los pensamientos de los presos, que eran escritos en bastardillas. No les encontré el sentido fácilmente ni la relación a la historia. Aún así, la historia me pareció una interesante y hasta cierto punto, conmovedora.

Lo más que me impactó de la novela y, a la vez, no me gustó, fue el final. Realmente no esperaba que asesinaran a Molina. Me pareció muy triste, ya que inexorablemente me encariñé con Molina y su sensibilidad hacia las cosas y sus ocurrencias raras. También me pareció injusta su muerte porque él se había negado de un principio a hacer el favor, pero como estimaba a Valentín, pues decidió hacerlo. En cierta forma, visualizaba a Molina como una mujer en sí, no simplemente por el hecho de ser homosexual, sino también por su forma de pensar y actuar. Es por esto que me relacioné un poco más con Molina, aunque coincidí con muchos de los ideales y pensamientos de Valentín. En conclusión, ambos personajes los encontré intrigantes y maravillosos.

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